dc.description.abstract | La profesión periodística siempre ha estado muy representada en la cultura popular, convirtiendo al periodista en un reiterativo personaje dramático y a las redacciones en el escenario perfecto para congregar toda clase de sentimientos y conflictos.
Tanta es la fascinación por la disciplina periodística, que la ficción televisiva tampoco ha sido indiferente a este encantamiento, y lo ha hecho con una particularidad narrativa que la distingue por completo del medio fílmico. La amplia extensión del formato serial permite incidir en la naturaleza diaria de una redacción, deteniéndose en algunos de los elementos propios de la profesión: la relación de confianza con las fuentes, el enfrentamiento del periodista con los impedimentos deontológicos, la recopilación de detalles o la lucha entre directivos y empleados.
La imagen que ofrece la pequeña pantalla de los periodistas influye de manera considerable en la idea que los espectadores y la sociedad guardan de estos profesionales. Parece que la labor de búsqueda, creación y difusión de la información, que habitualmente viene acompañada de ciertas dosis de drama y suspense, resulta muy atrayente para el público. Sin embargo, en la ficción televisiva, la figura del periodista se muestra, en ocasiones, de forma simplificada y transformada. | es |