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dc.contributor.advisorRamos Campo, Domingo Jesús
dc.contributor.advisorChung, Linda Haiwon
dc.contributor.advisorManonelles Marqueta, Pedro
dc.contributor.authorAndreu Caravaca, Luis
dc.date.accessioned2023-01-12T14:19:44Z
dc.date.available2023-01-12T14:19:44Z
dc.date.created2022
dc.date.issued2022
dc.date.submitted2022-11-11
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10952/5721
dc.description.abstractEl estilo de vida sedentario es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la población actualmente. Los bajos niveles de actividad física se han correlacionado con un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades, lo que da lugar a un incremento de las tasas de mortalidad y morbilidad. Teniendo en cuenta este hecho, el confinamiento domiciliario provocado por la pandemia de la COVID-19, el cual condujo a la población general a recluirse en casa por casi nueve semanas, hizo más difícil que la población mantuviera sus niveles de actividad física habituales, específicamente en poblaciones vulnerables como lo son los pacientes con esclerosis múltiple. Esta situación generada de forma sobrevenida provocó la necesidad de estudiar los efectos del confinamiento sobre los signos y síntomas asociados con la esclerosis múltiple. Por otro lado, la investigación previa ha demostrado, desde la década de los 80, el potencial del ejercicio físico sobre las personas con esclerosis múltiple. Así, diferentes tipos de ejercicio, principalmente los programas de entrenamiento aeróbico y de fuerza, se han establecido como estrategias válidas para mejorar la fuerza muscular, la capacidad funcional o la movilidad. Sin embargo, el efecto de estos tipos de entrenamiento o la dosis óptima de ejercicio para mejorar variables de rendimiento neuromuscular, capacidad funcional o calidad de vida son todavía desconocidos. En este contexto, tampoco se conoce cómo influye la manipulación de algunas de las variables de entrenamiento, como por ejemplo la intención de mover la carga a máxima velocidad en el entrenamiento de fuerza, sobre las variables neuromusculares y de calidad de vida en las personas que padecen esclerosis múltiple. Así, es necesario controlar la estimación de la intensidad en el entrenamiento de fuerza, otra de las variables que determina las adaptaciones neuromusculares. El control de la intensidad en el ejercicio de fuerza se lleva a cabo a través de una gran variedad de métodos, entre los que la repetición máxima es el más extendido. Sin embargo, su cálculo directo presenta una serie de desventajas, como el elevado tiempo que se necesita o la alta fatiga que ocasiona, problemas que en las personas con esclerosis múltiple pueden adquirir, si cabe, más protagonismo. Por ello, resulta necesario validar en esta población otros métodos indirectos para el cálculo de la repetición máxima, como el que se basa en la velocidad del movimiento. Por otra parte, en los últimos años ha crecido el interés sobre otros tipos de entrenamientos alternativos, entre los que destaca el entrenamiento vibratorio de cuerpo completo. Este tipo de entrenamiento presenta menores percepciones de fatiga y aporta beneficios neuromusculares a largo plazo, por lo que se convierte en una modalidad de ejercicio interesante para las personas con esclerosis múltiple. Sin embargo, los efectos agudos de este entrenamiento en esta población no han sido estudiados. De forma añadida, y en búsqueda del entrenamiento que conduzca a los mayores beneficios con la menor fatiga, la utilización de la condición de hipoxia se presenta como una herramienta potencialmente interesante. Por ello, la combinación de entrenamiento vibratorio y de la condición de hipoxia podría ser eficaz de manera crónica, pero antes deben ser estudiados sus efectos de manera aguda. Por ello, se planteó la presente tesis doctoral que tuvo como objetivo general analizar el efecto del confinamiento, así como los efectos agudos y las adaptaciones a diferentes tipos de programas de ejercicio físico sobre el rendimiento neuromuscular y la calidad de vida en la población con esclerosis múltiple. En primer lugar, se exponen los tres estudios llevados a cabo durante la pandemia de la COVID-19, en los que se examinaron las consecuencias del confinamiento domiciliario sobre algunos de los principales signos y síntomas de la enfermedad en población con esclerosis múltiple. Por otro lado, la tesis doctoral incluye dos meta-análisis que analizan los efectos y la dosis óptima del entrenamiento aeróbico y del entrenamiento de fuerza sobre variables neuromusculares, de capacidad funcional y de calidad de vida en las personas con esclerosis múltiple. Además, se examinaron los efectos agudos del entrenamiento vibratorio en condición de normoxia e hipoxia sobre el rendimiento neuromuscular, fisiológico y funcional en una muestra de personas con esclerosis múltiple. De forma añadida, se implementó un estudio para validar la velocidad de movimiento como método para la estimación de la repetición máxima en esta población. Por último, se realizaron cinco estudios en los que se analizaron los efectos de 10 semanas de entrenamiento de fuerza desarrollando la fase concéntrica del movimiento a la máxima velocidad voluntaria sobre diferentes parámetros neuromusculares, funcionales, de control autonómico cardíaco y de calidad de vida en población que padece esclerosis múltiple. Los resultados mostraron que nueve semanas de confinamiento domiciliario provocó empeoramientos en la calidad del sueño, la capacidad funcional, la ansiedad, la autopercepción física general, la activación voluntaria y la espasticidad en los participantes con esclerosis múltiple. Sin embargo, las propiedades contráctiles musculares, la actividad muscular durante una contracción máxima, la fuerza máxima, la autopercepción de calidad de vida y el control autonómico cardíaco no se vieron modificados tras el periodo de confinamiento en la muestra de personas con esclerosis múltiple. Desde el punto de vista meta-analítico, los programas de entrenamiento aeróbico provocaron una mejora en la aptitud cardiorrespiratoria, en la capacidad funcional, en el equilibrio y en la percepción de fatiga, mientras que los programas de entrenamiento de fuerza condujeron a mejoras en la fuerza máxima isométrica, en la capacidad funcional y en el equilibrio. Los resultados en cuanto a la dosis óptima no fueron concluyentes. Por otro lado, el estudio de los efectos agudos del entrenamiento vibratorio en condición de hipoxia y normoxia mostró que no hubo diferencias entre condiciones tras la sesión de entrenamiento en la activación voluntaria, la fuerza isométrica máxima, la capacidad funcional o el equilibrio. Sin embargo, sí se encontraron disminuciones en la actividad muscular tras la sesión de hipoxia en comparación a la de normoxia. En cuanto a la validación de la velocidad de movimiento como un método para estimar la intensidad, se encontró una relación lineal entre el método directo de cálculo de la repetición máxima y la estimación de la repetición máxima a través de la velocidad de movimiento en los ejercicios de prensa de piernas y press de banca en población con esclerosis múltiple. Por último, el entrenamiento de fuerza desarrollando la fase concéntrica a la máxima velocidad provocó mejoras en la fuerza máxima, la ratio de fuerza desarrollada, la activación voluntaria, la conducción neural, la capacidad funcional, la espasticidad, la autopercepción de calidad de vida, la calidad del sueño y la percepción de fatiga y dolor en las personas con esclerosis múltiple. Sin embargo, esta modalidad de entrenamiento no condujo a mejoras en el control autonómico cardíaco, las propiedades contráctiles del músculo o el equilibrio estático. En conclusión, los resultados de la presente tesis doctoral subrayan los efectos negativos del confinamiento sobre algunos de los principales signos y síntomas de la esclerosis múltiple. Además, pone en valor la utilidad del ejercicio físico, principalmente del entrenamiento aeróbico y de fuerza, para la mejora del rendimiento neuromuscular y la calidad de vida en las personas que padecen esta enfermedad neurológica. Por otra parte, se muestra que el entrenamiento vibratorio en condición de hipoxia, de forma aguda, es un modo de entrenamiento seguro en esta población. Además, se comprobó que la velocidad de movimiento es un método válido para estimar la intensidad en los ejercicios de fuerza en las personas con esclerosis múltiple. Por último, se pone de manifiesto que el entrenamiento de fuerza desarrollando la fase concéntrica a la máxima velocidad es un tipo de entrenamiento que aporta interesantes beneficios, principalmente neuromusculares y funcionales, en esta población.es
dc.language.isoeses
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectFisiología Humanaes
dc.subjectNeurologíaes
dc.titleEffects of physical exercise on neuromuscular performance and quality of life in people with multiple sclerosis.es
dc.typedoctoralThesises
dc.rights.accessRightsopenAccesses
dc.description.disciplineActividad Física y Deportees


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