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dc.contributor.advisorEchevarría Pérez, María Paloma
dc.contributor.advisorVázquez Larrea, Ignacio
dc.contributor.authorJiménez Fernández, Maravillas
dc.date.accessioned2014-03-20T15:52:19Z
dc.date.available2014-03-20T15:52:19Z
dc.date.created2012-04-17
dc.date.issued2012-04-17
dc.date.submitted2012-04-17
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10952/704
dc.description.abstractEl cómo la persona afronta y vive la última etapa de su vida, y el cómo muere, son los grandes interrogantes que sustentan este trabajo. Se puede afirmar que el proceso de la muerte ha sufrido grandes cambios. La sociedad está inmersa en una nube de inmortalidad. Además, hay que añadir que el cuidar los unos de los otros cada vez se hace más complicado por diversas razones; las familias antes extensas ahora tienen menos miembros, los lazos de vecindad están desapareciendo, por lo tanto, las redes de apoyo son insuficientes, y existe un deterioro o inexistencia de valores como la solidaridad. La medicina se preconiza como ¿la más grande¿, y siguiendo sus postulados se encuentran a la par todas las disciplinas sociosanitarias; lo más importante es el curar y el cuidar, como mucho, se restringe al ámbito de lo privado o a una actividad secundaria sin reconocimiento. Sin embargo, la historia evidencia que hasta hace bien poco la medicina tenía como acometido principal el paliar. En otros tiempos, las personas que han acompañado al individuo enfermo durante su sufrimiento reconocían y aceptaban sus límites, hoy no. Todo lo expuesto lleva a la necesidad de transformación del sistema, siendo dicho cambio drástico y profundo si se pretende trata con criterios de justicia a toda la población. Otra cuestión a atender por su importancia es la falta de comunicación, uno de los grandes males del siglo pasado y de éste. En la enfermedad terminal el problema comunicativo se presenta elevado a la décima potencia en muchos casos. Si la muerte es vista como algo ajeno a la existencia de la persona, como una cuestión de mala suerte, el hablar de ella se convierte poco o más que en un tema tabú, pero no solamente la muerte sino toda circunstancia que aborde un atisbo de sufrimiento como la enfermedad, vejez, las situaciones de dependencia, etc. Son muchos los problemas éticos que pueden aparecer al final de la vida de la persona asociados a cambios en la escala de valores, creencias y actitudes de la sociedad de hoy, y que están instaurados en cada uno de los ciudadanos que comparten dicha sociedad, incluso si vienen de culturas diferentes sufren un proceso de enculturación cuando se habla del ocultamiento de la muerte. Ante todo lo expuesto, se ve la necesidad de un modelo complementario al biomédico, y éste es el de Cuidados Paliativos. La filosofía paliativista tiene como fin procurar la humanización de la asistencia sociosanitaria.es
dc.language.isoeses
dc.rightsReconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/
dc.subjectAfrontamiento de la Muertees
dc.subjectBioéticaes
dc.subjectMuertees
dc.subjectCalidad de vidaes
dc.titleCalidad de vida en el dominio público. La importancia de lo paliativoes
dc.typedoctoralThesises
dc.rights.accessRightsopenAccesses
dc.description.disciplineArte y Humanidades


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